Viva sus talentos, ame su trabajo

Viva sus talentos, ame su trabajo

Imagen de Gary M. Jordan, coautor de Unlock the Power of Your Perception y Your Talent AdvantageDespués de treinta años en el ámbito del coaching empresarial, hay algunas cosas que sé que son verdaderas: 1) las personas tienen habilidades y capacidades innatas diferentes, 2) la mayoría de las personas actualmente desempeñan trabajos que no están respaldados por sus habilidades y capacidades naturales, y 3) cuando las personas se conectan con trabajos que sí están respaldados por sus habilidades y capacidades naturales, sobresalen. Todo lo cual siempre he encontrado reflejado en la siguiente cita de Confucio: “Elije un trabajo que ames, y nunca tendrás que trabajar un día en tu vida.

Sin embargo, recientemente encontré un par de publicaciones en blogs que me hicieron reflexionar sobre esta cita, su significado y cómo otros a veces la interpretan de manera diferente a la mía. Puede leer estas publicaciones aquí: “The Overjustification Effect” de David McRaney en "You Are Not So Smart" y “Bad Career Advice: Do What You Love and You’ll Never Work a Day” de Chrissy Scivicque en "Eat Your Career". El Sr. McRaney afirma que existe un error de concepto al pensar que “no hay nada mejor en el mundo que nos paguen por hacer lo que amamos”, y la verdad es que “te paguen por hacer lo que ya disfrutas a veces puede hacer que tu amor por la tarea disminuya porque atribuyes tu motivación a la recompensa y no a tus sentimientos internos.” La diferencia clave radica en el énfasis colocado en la recompensa. Desde mi perspectiva (muy similar a la de Confucio), la recompensa nunca es la motivación principal; es solo el adorno del pastel. Según la Sra. Scivicque: “este absurdo axioma sugiere que simplemente puedes tomar lo que ya amas, convertirlo en algo por lo que te paguen, y nunca se sentirá como otra cosa que aquello que amas.” Quizás, si interpretara la cita de la misma manera que ella, estaría de acuerdo con sus conclusiones. Pero mi interpretación de la cita es más bien así: “Si tu trabajo requiere que realices actividades que utilicen habilidades y capacidades que son innatas en ti, encontrarás que tu labor deja de ser una carga y se convierte en algo significativo, valioso y placentero.

Aquí está el primer punto de distinción entre la interpretación de la Sra. Scivicque y la mía: elegir un trabajo que amas no significa necesariamente elegir un trabajo por el cual sientas pasión. Puedes amar el hecho de que tu organización sin fines de lucro ayude a los niños a conectarse con mentores, pero aún odiar contestar el teléfono. Puedes amar la tecnología, pero odiar tratar con personas que no saben cómo hacer que su enrutador funcione. En otras palabras, puedes amar lo que hace tu negocio, pero no lo que haces en tu negocio.

Aquí hay otra diferencia importante entre mi interpretación de la cita y la de la Sra. Scivicque: hacer un trabajo que amas no significa que no tendrás que esforzarte ni que no habrá dificultades y desafíos en el camino. No creo que trabajar en un empleo que amas sea siempre divertido o fácil, solo que los trabajos que reflejan quiénes somos en lo que nos exigen realmente hacer brindan satisfacción de una manera que los trabajos que hacemos solo por dinero nunca lo harán.

El significado de la cita depende de la palabra ‘trabajo’ y cómo las diferentes personas perciben esta palabra. Muchos de nosotros definimos la palabra desde un punto de vista completamente económico, en lugar de considerarla como aquello que hacemos para desarrollar nuestros dones y talentos innatos. Desde esta perspectiva económica, el trabajo consiste en actividades que ni siquiera nos gustan, y mucho menos amamos, y que preferiríamos evitar.

Yo veo el trabajo como parte de lo que significa ser humano. Es algo que hacemos porque estamos vivos, y parte del imperativo humano es hacer tanto como ser. El trabajo, por su propia naturaleza, requiere esfuerzo: las habilidades deben desarrollarse, los talentos descubrirse, las viejas capacidades refrescarse y nuevas competencias revelarse.

Pero esfuerzo y monotonía no son lo mismo.

El trabajo, como lo definió Fredrick Buechner, es “el lugar donde tu más profunda alegría se encuentra con la más profunda necesidad del mundo.” El trabajo no es algo que deba evitarse o transformarse; más bien, es algo que debemos abrazar. ¿Por qué? Porque ilumina nuestra excelencia, tanto para nosotros mismos como para los demás.

¿Difiere mi interpretación de la cita de Confucio de la de la Sra. Scivicque y el Sr. McRaney? ¡Absolutamente! Y quizás de la tuya también. Eso está bien para mí: las diferencias innatas entre las personas son el núcleo de mi trabajo.

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Acerca del Dr. Gary M. Jordan, Ph.D.

Gary Jordan, Ph.D., cuenta con más de 35 años de experiencia en psicología clínica, evaluación del comportamiento, desarrollo individual y coaching. Obtuvo su doctorado en Psicología Clínica en la California School of Professional Psychology – Berkeley. la Teoría de los Estilos de Percepción, un sistema de evaluación psicológica revolucionario que enseña a las personas cómo liberar su máximo potencial para el éxito. Es socio en Vega Behavioral Consulting, Ltd., una firma de consultoría especializada en ayudar a las personas a descubrir sus verdaderas habilidades y talentos.

Información adicional sobre el Dr. Jordan



 
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